Platinotipias
En 1873 William Willis patentaba en Gran Bretaña un nuevo sistema de impresión de copias fotográficas por contacto directo entre el negativo y el papel: la platinotipia. La nueva técnica aprovechaba la sensibilidad del hierro a la luz y obtenía las imágenes sensibilizando el soporte con oxalato férrico y cloro-platino potásico; expuesto a la luz solar el papel en contacto con el negativo se obtenían las imágenes que posteriormente se fijaban con un baño ácido. A diferencia de otros procedimientos de copia sobre papel la imagen final se forma por acción de sales de platino y no de plata. La imagen queda embebida en la fibra de papel y a pesar de ello presenta una gran calidad, con bastante finura de detalles. A diferencia de la plata el platino es más estable por lo que las imágenes obtenidas por esta técnica tienen mayor umbral de durabilidad; a pesar de ello, en un clima como el de Canarias el principal proceso de deterioro que les afecta es el foxing.